Agradece todo lo que tienes, pues nada te pertenece y nada has conseguido. TODO te ha sido regalado.
Lo único que has hecho tú, ser mortal de carne y hueso, es disponerte, con más o menos dedicación, en el lugar adecuado y el tiempo adecuado, para que la suerte te favorezca.
Deja atrás la creencia enfermiza que te hace pensar que has conseguido esos bienes o méritos o que cuentas con buena salud,… exclusivamente por tu esfuerzo personal; pues hay personas que aún habiéndose esforzado 10000 veces más que tú, no han sido agraciados con las bendiciones de que tú dispones.
Agradece pues, a la vida y al universo, todos los días, por todo lo que te está siendo dado, empezando por estar vivo y ser consciente de ello.
Y si alguna vez sientes que los dioses te han abandonado, recuerda a todas aquellas personas que sufren de inanición por haber visto destruidas sus cosechas o a aquellas que no tienen agua potable para saciar su sed, o a aquellas que ven a sus hijas ser lapidadas o a sus hijos muertos a manos de guerrilleros sin escrúpulos a cambio de unas pocas monedas.
Esto ocurre diariamente en nuestro mundo. Dime ahora, si tu eres agraciado o no.